La vida ecorural que estamos llevando nos depara cada día
una sorpresa nueva. Esta vez ha sido nuestro amigo Julio quien nos dejó acompañarlo para que viésemos y aprendiésemos como se recogen las Trufas.
Es impresionante ver como el buen perro que tiene, olfatea
en busca de este delicioso manjar que, por suerte para los lugareños, suele crecer por estas tierras del interior de Castellón.
La verdad es que fue una mañana muy entretenida y, por cierto, probamos la trufa tal cual recién recogida del suelo y tenía un sabor muy
fuerte.
Le deseamos lo mejor en futuras búsquedas.
Estamos seguros que repetiremos algún día si nos invitan.
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