Serian sobre las 3 ó 4 de la madrugada, en el barrio de San Blas en Madrid, cuando la noche tranquila y silenciosa, dejo paso a unos gritos infernales. Yo estaba dormido y creía que era un sueño, pero no estaban cerca muy cerca, me reincline sobre la cama y preste atención. Venían de la calle pero parecía que fuesen de dentro, debajo de una de las ventanas del piso había un banco y en el se oía decir “¡policía…….policía!” “¡Españoles!” “¡Un cigarro……. Un cigarro!” Sigilosamente y sin que me viera nadie me asome a pesar del peligro y quise documentar lo ocurrido.
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